EL ESTALLIDO DE LA CONCIENCIA

Parte VI
II

(Una historia continuada)

Septiembre de 1979                                                                           7909S1

En un Sábado 2 de Junio de 1979, a las 2:30 de la tarde, Lillian Hemmer y yo nos casamos. La ceremonia fue hermosa y llena de significado. Muchos amigos y parientes testificaron en nuestra ceremonia, y tuve la “más grande” de todas las buenas esposas.

Antes del día del gran evento, David había mencionado algo sobre el día de mi matrimonio que sería el “día más largo”. No entendí mucho sobre su críptico mensaje en ese momento, pero mirando hacia atrás, el día más largo comenzó unos días antes de la boda.

El Martes antes de la boda, me di cuenta de que no había solicitado la Licencia de Matrimonio. Nos apresuramos a llegar a la Corte a las 4:25 de la tarde (cerraban a las 4:30), solo para aprender que no aceptaban cheques personales. Entonces... a la mañana siguiente regresé con efectivo en mis manos, fueron lo suficiente amables para poner en la licencia la fecha del día anterior porque se necesitaba 3 días para recibir los resultados de la prueba de sangre y procesar los papeles. Si no me hubiesen puesto esa fecha en la licencia, no la habría recibido hasta dos días después de la ceremonia.

El Miércoles trajo más problemas. El pozo de mi casa se hecho a perder y encontré que no era fácil conseguir inmediatamente a un técnico. Tuve que estar en casa para esperarlo, y se suponía que iba a recoger a mi madre que iba a llegar a Orlando, procedente de Nueva York. Afortunadamente para mi, mi hermana y su familia habían llegado a Florida unos días antes y estaban en Tampa. La llamé he hice arreglos para que ella recogiera a mi madre en Orlando mientras esperaba que el técnico se apareciera.

Mucho después, el técnico llegó, seguido, una hora después, por mi madre, mi hermana y su familia. Mi casa era un desastre. Había mudado el 90% de mis cosas de mi remolque a mi casa, incluyendo un piano, lavadora y camas. Ella tenía 1500 pies cuadrados de muebles que tenían que ser combinados con los 1500 pies cuadrados que yo ya tenía. Las cosas estaban un poco apretadas; para decir lo último, como no habíamos encontrado habitaciones para la mayoría de nuestras cosas y cajas de empaque, las cosas estaban apiladas en todas partes. Alas 10 P.M..., mi familia y yo comenzamos a derretirnos por calor y por la falta de agua para bañarnos. Revisé el aire acondicionado y descubrí que el regulador estaba suelto, y entonces rápidamente resolvimos el problema. Y finalmente, a la 1 A.M..., también tuvimos agua. A pesar de todo, mi familia hizo un tremendo deporte. Me ayudaron a poner la casa en orden y reímos mucho.

Mientras tanto, mi presunta novia también estaba teniendo problemas. Mi padrino de bodas y su esposa habían tenido que dejar la ciudad repentinamente porque su hijo necesitaba de un tratamiento médico de urgencia y no hubo forma de saber cuando volverían. Esto me dejó sin un padrino de bodas y a mi novia con un traje incompleto ya que el padrino era el que le estaba haciendo su traje. Afortunadamente, Peggy recuperó mi confianza terminando el traje y decidí preguntarle a mi suegra si estaba preparada para hacer de madrina.

Finalmente, el día más largo llegó... era Sábado en la mañana. Decidí ir a lavar mi carro pero estaba tan nervioso que perdí el control de la pistola de aspersión y se regó todo alrededor, empapándome en el proceso. Cuando terminé con el carro, me apresuré por llegar a casa para vestirme para la boda.

Llegó la hora del matrimonio y estaba listo a tiempo. También estaban todos los demás, incluyendo a mi padrino original excepto por Richard quien era el que iba a oficiar. No me había dado cuenta que mi reloj tenía 10 minutos adelantados, y sentí alivio cuando llegó. Después de intercambiar los votos y de saludar y de abrazar a todos, se me vio pasear con una aturdida expresión y una sonrisa en la cara, si hablar mucho, casi como flotando.
 

Continuación  Parte XI
 Salvatore Cacciola

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